Llámanos 958 870 060
Terapia Psicológica

Autoestima y bienestar: cómo empezar a creer de nuevo en ti

¿Sabes esa vocecilla que a veces aparece cuando miras al espejo o cometes un error? La que te dice que no das la talla, que mejor no intentes nada porque vas a fallar, que los demás valen más… Esa voz no es objetiva. Ni justa. Y desde luego, no tiene por qué tener la última palabra. 

La autoestima no es un capricho moderno ni una moda: es el eje desde el que interpretas el mundo. Cuando se tambalea, todo se tambalea.

Lo que vas a encontrar aquí no es autoayuda rápida: es mirada honesta

Este no es otro artículo que te promete “quererte más” en cinco pasos o que te regala frases motivadoras para colgar en la nevera. Aquí vas a leer lo que quizás necesitabas escuchar sin adornos: que recuperar tu confianza no es un truco, sino un camino. Y sí, se puede.

Te vamos a hablar de:

  • Qué es realmente la autoestima y por qué no tiene nada que ver con el ego.
  • Cómo se forma, cómo se fractura y cómo se repara.
  • Señales invisibles que indican que te estás dejando de lado.
  • Lo que hacemos en consulta cuando alguien llega roto por dentro pero aún dispuesto a reconstruirse.
  • Herramientas reales que puedes usar desde hoy.

El pozo no siempre se nota desde fuera: cómo se hunde la autoestima sin hacer ruido

No todo trauma es visible, pero pesa igual

Puede que no hayas vivido grandes desgracias. Puede que incluso tengas una vida “correcta”. Y, sin embargo, cada vez que te enfrentas a una decisión, al juicio de los demás o simplemente al reflejo en el espejo, algo dentro se encoge.

La raíz del problema: esa voz interior que no da tregua

No nacemos odiándonos. Aprendemos. A fuerza de mensajes directos o sutiles: “No llores, que molestas”. “Así no vas a gustar a nadie”. “Para eso mejor ni lo intentes”. Y sin darnos cuenta, esos retales se convierten en identidad. En una narrativa interna que dice: no soy suficiente.

Señales que conviene dejar de ignorar

  • Sabes cuidar a otros, pero no a ti.
  • Te exiges sin descanso y te perdonas a cuentagotas.
  • Das más de lo que recibes (y te sientes culpable si no lo haces).
  • Te cuesta tomar decisiones por miedo a fallar.
  • No celebras tus logros porque “no son para tanto”.

Esto no es humildad. Es desgaste.

¿Y ahora qué? Recuperarte no es milagro, es reconstrucción

No necesitas gustarte siempre, pero sí tratarte mejor

Ese discurso de “ámate tal y como eres” está muy bien, pero es irreal. Hay días en que no vas a gustarte. Momentos en que te vas a fallar. Lo importante es que, incluso entonces, no te abandones.

Empezar por lo pequeño: que ya es bastante

  • Apunta lo que haces bien. No solo lo “grande”. También que hoy has dicho “no” sin justificarte. Que has salido a la calle cuando solo querías esconderte. Que has escrito ese email difícil. Anótalo. Léelo. Repítelo.
  • Rodéate bien. De personas que te suman. De contenido que no te haga sentir menos. De espacios donde puedas bajar la guardia sin miedo.
  • Rebaja el volumen del juez interno. No callarlo. Solo cuestionarlo. ¿Y si no tiene razón?

En consulta lo vemos a diario: las herramientas que sí ayudan

Esto es lo que hacemos con pacientes reales en nuestro centro de Granada

  • Terapia de valores. Porque cuando vives en función de lo que los demás esperan, pierdes el norte. Volver a lo que de verdad te importa es el primer paso.
  • Reestructuración cognitiva. Aprender a detectar esos pensamientos que te machacan sin tregua y desmontarlos. No con frases hechas, sino con argumentos propios.
  • Ejercicios de exposición interna. Afrontar ese miedo a no dar la talla. No evitarlo. No negarlo. Sentarlo contigo a la mesa hasta que deje de asustar.

Preguntas frecuentes que quizá también te rondan

¿Cómo sé si mi autoestima está dañada?

Si te defines más por tus carencias que por tus fortalezas. Si te cuesta poner límites, aceptar cumplidos o tomar decisiones sin disculparte por existir. Entonces sí, quizá haya trabajo por hacer.

¿Se puede recuperar la confianza después de años sintiéndome así?

Sí. No es rápido, ni lineal. Pero ocurre. Y cuando ocurre, lo notas: en cómo respiras, en cómo eliges, en cómo te sostienes cuando todo tiembla.

¿La terapia ayuda o es solo hablar?

Ayuda. Pero no desde el discurso vacío. Ayuda porque ilumina rincones oscuros y te da herramientas para volver a habitarte con más ternura.

¿Cuánto tiempo tarda uno en mejorar la autoestima?

Depende. No hay una meta fija. Lo importante es notar los cambios: dejar de machacarte por cada error, empezar a defender tus espacios, permitirte dudar sin colapsar. Ese es el progreso.

No tienes que convertirte en otro. Solo en alguien que se respete

Este no es un viaje para parecer perfecto. Es un camino para dejar de ser tu enemigo. Para cuidarte como cuidarías a quien más quieres. Y si ese alguien no has sido tú últimamente, quizá ya toca cambiarlo. Descubre cómo trabajamos la autoestima en nuestro centro en Granada: Alborán Psicólogos

Call Now Button