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Trastorno Bipolar: qué es, evaluación y tratamiento

¿Qué es el Trastorno Bipolar?

Todos tenemos días en los que nos sentimos llenos de energía y otros en los que estamos súper apagados. Pero en el Trastorno Bipolar, estos cambios de ánimo son mucho más intensos y pueden afectar seriamente a la vida de la persona.

En este trastorno se alternan episodios de manía o hipomanía (donde hay un aumento de energía, euforia e incluso comportamientos impulsivos) con episodios depresivos (caracterizados por una profunda tristeza, desmotivación y falta de ganas para realizar cualquier actividad). Estos cambios pueden generar problemas significativos en las relaciones personales, trabajo y hasta en la propia salud.

El trastorno bipolar es un trastorno del estado de ánimo caracterizado por cambios extremos en el estado emocional, incluye episodios de manía o hipomanía con episodios depresivos. Existen varios tipos:

  • Trastorno Bipolar tipo I: Se caracteriza por uno o más episodios maníacos graves que duran, al menos, una semana, y suelen requerir hospitalización y, además, pueden ser precedidos por episodios depresivos, aunque estos no son necesarios para el diagnóstico. Tiene que existir, mínimo, un episodio maníaco, con frecuencia episódica de, al menos, uno a la semana.
  • Trastorno Bipolar tipo II: Se caracteriza por episodios de hipomanía (menos graves que la manía) y episodio de depresión mayor. A veces la hipomanía puede no ser tan evidente, pero los episodios depresivos pueden ser prolongados y muy marcados. Tiene que haber, mínimo, un episodio hipomaníaco (durante cuatro días consecutivos) y un episodio depresivo mayor durante, mínimo, dos semanas.
  • Trastorno Ciclotímico: es una forma más leve del trastorno bipolar, en la que los episodios de hipomanía y depresión son menos graves (no llegan a cumplir con los criterios para episodios hipomaníacos o depresivos mayores), pero persisten de manera crónica durante, al menos, dos años.

Durante los episodios maníacos, la persona puede sentirse invencible, hablar rápido, dormir poco y tener conductas impulsivas y de riesgo, sin embargo, en la depresión, la persona puede sentir tristeza profunda, falta de energía e incluso pensamientos suicidas.

 

¿Cómo se evalúa el Trastorno Bipolar?

El diagnóstico de este trastorno por un profesional de la salud mental suele basarse en los criterios establecidos por el Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM-5). También pueden ser utilizadas entrevistas clínicas estructuradas y cuestionarios específicos como la Escala de Young para la Manía (YMRS) para evaluar la gravedad de los síntomas maníacos o el Inventario de Depresión de Beck (BDI) para evaluar la gravedad de los síntomas depresivos.

Además, se debe explorar el impacto del trastorno en la vida diaria, el trabajo, las relaciones y la capacidad de toma de decisiones, ya que las fluctuaciones del estado de ánimo pueden afectar a todas las áreas de la vida.

 

Tratamiento del Trastorno Bipolar

El tratamiento de este trastorno se basa en un enfoque integral, combinando terapia psicológica y farmacológica, con el objetivo de estabilizar el estado de ánimo y prevenir recaídas así como mejorar la calidad de vida de la persona.

Con respecto a la terapia psicológica, su objetivo es ayudar a que la persona entienda su trastorno y aprenda a manejar los síntomas y desarrollar ciertas estrategias. Entre las más efectivas encontramos la Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) y Terapia del Ritmo Interpersonal y Social (IPSRT).

La Terapia Cognitivo-Conductual (TCC) se centra en identificar y modificar pensamientos y comportamientos que pueden desencadenar o agravar los episodios. Algunas herramientas que proporciona esta terapia son:

  • Identificar pensamientos disfuncionales: sustituir pensamientos fruto de los episodios maníacos/depresivoscomo por ejemplo “soy invencible” o “nunca voy a salir de esta” por otros más realistas.
  • Regulación emocional: trabaja sobre la impulsividad de la manía.
  • Manejo del estrés: para identificar los primeros signos y desarrollar estrategias que prevengan una recaída o que los síntomas empeoren.
  • Rutinas saludables: se fomentan rutinas de sueño, alimentación y actividad física.

Por otro lado, la Terapia del Ritmo Interpersonal y Social (IPSRT) se centra en la estabilización de ritmos biológicos y sociales, ya que son los cambios en estas rutinas los que pueden desencadenar episodios.

Cabe mencionar que, en la mayoría de estos casos, es necesario Tratamiento Farmacológico para estabilizar el estado de ánimo y reducir la intensidad de los episodios. Principalmente se utilizan estabilizadores del estado de ánimo, antipsicóticos atípicos y antidepresivos. Este siempre debe estar bajo supervisión de un psiquiatra para ajustar la dosis y evaluar los posibles efectos secundarios.

En conclusión, el Trastorno Bipolar es un trastorno complejo que requiere una gestión a largo plazo. Con el tratamiento adecuado, las personas este trastorno pueden llevar una vida plena y completamente funcional. Es muy importante el diagnóstico temprano y el compromiso y adherencia con el tratamiento, ya que pueden ayudar a reducir el impacto de los episodios maníaco/depresivos y mejorar la calidad de vida.

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Ldo. Antonio Luis Maldonado Cervera. Titular Área de Adultos Centro de Psicología ALBORÁN

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